jueves, 19 de agosto de 2010

Cómicos al poder

El grado de corrupción, aburrimiento y desencanto en el mundo de la política está alcanzando cotas muy elevadas.
Debe ser por esta razón que los ciudadanos de Reykjavik han elegido como alcalde a un famoso cómico islandés. Seguramente los votantes han pensado que, de esta forma, la gestión política no mejorará (tampoco empeorará), pero al menos será mucho más divertida, empezando por la cara que se les ha quedado a los políticos "serios" que han perdido las elecciones.

Yo propongo que aquí hagamos lo mismo. Por ejemplo:
- "El tío la vara" como ministro de justicia.
- Berto Romero, cantando el Trololó, como ministro de cultura.
- Chiquito como ministro fistro-diodenal-pecador-de-la-pradera.
- Martina Klein (actualmente en "El club del chiste") como ministra de asuntos interiores.


Pido vuestra colaboración para realizar propuestas para el resto de ministerios y alcaldías.

4 comentarios:

  1. Mr. Bean como Presidente del Gobierno. Ah no perdón!! Que éste ya está ahora.
    El Sr. Barragán como titular de sanidad.
    John Cobra como responsable de educación.

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  2. Yo pondría como alcaldes a todos los payasos (de circo) de España, pintados y disfrazados. Resultarían menos patéticos y más respetables que los que hay ahora.

    En cuanto a los políticos actuales, les invitaría a las Baleares, a practicar el nuevo deporte de moda: el balconing, saltando desde el balcón del hotel a la piscina (desde el piso 22 mínimo, para darle más emoción).

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  3. Jejejejeje. Chiquito como ministro de Defensa (en tiempos pretéritos llamado de la Guerra)estaría como pez en el agua. ¡Al ataquerrrrrr!!!. Lo del balconing perfecto para los políticos, pero mejor sin piscina o, en su defecto, sin agua.

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  4. Miguel Gila, alcalde de Madrid.
    Pepe Rubianes, presidente de Galicia.
    Antonio Ozores, presidente de la comunidad de Castilla-León.
    El bajito del dúo Sacapuntas, presidente de Andalucía.
    El Perich, alcalde de Barcelona.
    Eugenio, president de la Generalitat.

    ¿Cómo?
    ¿Que están todos muertos?
    Sí, ya lo sé.
    ¿Y?

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